Toca hablar de un tema que siempre nos pone en un aprieto, por lo menos a gente tan indecisa como yo. Las decisiones. Sentimientos contradictorios que están dando guerra, y no dejándote pensar con claridad. Siempre que tengo que decidir cualquier cosa me pasa como en los dibujos animados cuando aparecen dos miniyo's a cada lado, un demonio y un ángel, que me dicen cada uno algo. Pero la gracia está en que ángel y demonio no están tan claros, y una decisión buena por muy correcta que te parezca... te conduce directamente al desastre.
Y con todas las malas decisiones que llevo, he descubierto que no hay truco para saber que haces bien o mal. No sirve de nada hacer largas listas de pros y contras, tampoco no darlo vueltas y elegir una al momento, ni dejarte aconsejar (aunque eso si que reconozco que es de lo peor porque primero, si es una cuestion tuya, nadie tiene por qué opinar ni elegir al respecto, y si haces caso y resulta un fracaso, le echarás la culpa).
Nuestro error más común es que la opción de dejarnos llevar y que elijan por nosotros es muy tentativa. Eso de no elegir por no tener responsabilidad alguna, ni sufrir las consecuencias es muchísimo mejor que arriesgarse... pero amigos, las consecuencias tarde o temprano nos afectan, las estamos sufriendo. Generalizando, creo que este es el principal problema del mundo. Ni la crisis, ni los políticos.
Los políticos es el nombre que hemos dado a un puñado de personas con facilidad de palabra, carisma o algo que hace que confiarles nuestro destino no parezca una decisión mala. Les criticamos en petit comité, con los amigos, pensamos cosas como "hay que ver que mal nos va con Pepito o con Juanito", "¿Hasta donde vamos a llegar?", "estos políticos son unos ladrones". No lo niego.
Son personas como nosotros que, teniendo el poder de gobernar a millones de habitantes, no se dan cuenta de la responsabilidad que cae sobre ellos porque ese poder les ciega a hacer todo lo posible por su bien propio. Les es menos difícil elegir, porque si os dais cuenta... lo que aprueban o eligen NUNCA les afecta directamente a ellos. ¿O se han bajado el sueldo a sí mismos por la crisis? ¿Se han privado de comidas, cenas y meriendas oficiales, de sueldos Nescafé, de cochazos, de trajes? ¿Han parado los pies a los bancos o por lo menos les han reñido? ¿Han bajado los impuestos o los precios para que el mercado se reactive y podamos salir un poco de este agujero? ¿O han hecho todo lo contrario, y han optado por elegir la opción más manejable hoy en día y la que más les costó conseguir a nuestros antepasados?
Y nosotros no haciendo nada al respecto, les facilitamos que puedan hacer lo que quieran, que se enriquezcan, que sean corruptos, mentirosos o traten nuestros derechos como si fuera plastilina.
Por eso, la culpa de que el mundo vaya como va no es completamente suya. Si tuvieran un tope, una barrera fuerte y respetable que dijera "Hasta aquí", no nos iría asi. Esa barrera somos todos nosotros, aunque ahora la barrera es de goma espuma porque actuamos de forma pasiva, eligen mal por nosotros y luego nos lamentamos. Pero no nos plantamos y decimos ¡¡YA BASTA!!.
El otro día vi una manifestación de la enseñanza en mi ciudad. Más que una manifestación, a mi me parecío un Paseo Silencioso de un pequeño grupo de personas que se habían puesto de acuerdo para vestir con la misma camiseta verde y alguno que otro llevaba un cartelito. Y pensé: ¿Esto es una manifestación, una procesión de Semana Santa o una despedida de soltero muy sosa?.
Y así nos van a hacer caso, ¿no?. Mejor provoquemos una pelea de almohadas, que a lo mejor con un poco de suerte les clavamos la cremallera en el ojo.
Hay formas pacíficas de protesta, pero que tienen repercusión porque participan una mayoría tan grande, que impone respeto y hace notar que no estamos conforme con nada de esto, que nosotros somos los que podemos y debemos elegir qué hacer. Aunque es más fácil quedarse sentado en el sofá viendo cualquier basura tipo Jersey Shore, la teletienda o a famosill@s dando voces como Belén Esteban...a salir a las calles. Y que también esta señora sea la "Princesa del Pueblo"... en fin, eso ya lo trataré en otra entrada.
Por ello, la única opción que sé que no nos conducirá a una situación peor de la que estamos es que unirse contra toda injusticia, ya sea social, económica, ambiental... Tendría que pasar algo como en V de Vendeta. Pero sólo es una película, gran película pero ficción.
Somos la voz más poderosa, pero estamos afónicos.
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